sábado, 28 de julio de 2012

EL VIAJE

Hola de nuevo chicos, ya estamos tiempo sin hacer un blog de los viajecicos que nos marcamos por el mundo, pero es que con la llegada de la peque, Lucía, lo hemos aparcado, de momento, y nos decidimos este año por un viajecito por tierras astures, a ver como se porta la niña, como una toma de contacto para coger confianza y un poquito de rodaje en esto de viajar con niños pequeños.
Desde Murcia, no hemos podido hacer el viaje hasta Asturias de un tirón, por lo que tendremos que parar en Ávila a la ida y en Madrid a la vuelta.

DIA 1

En fin, el viaje lo iniciaremos el día 17 de julio y volveremos a casa el 25 del mismo mes.
Pues dicho y hecho, salimos el 17 sobre las 10 ded la mañana y después de parar a dar de comer a Lucía, a cambiarla, etc, etc, llegamos a Ávila sobre las 15.30 de la tarde, sin demasiadas complicaciones, bendito DVD portátil, mano de santo, con pelis de dibujos animados, la estrella revelación del viaje, La Casa de Mickey Mouse, un bendito el hombre.


Nos alojamos en el Palacio de los Velada 4*, habitación con cama de matrimonio y cuna por 51€ en Booking. Después de descansar un poco y de esperar a que pasara el calor, salimos a dar una vuelta por Ávila, que aunque ya la conocíamos, me trae muy buenos recuerdos.



Cenamos por los alrededores de la muralla, y luego nos fuimos al hotel, ya que Lucía se había dormido en el carrito, no son antes tomarnos unos Gin tonics buenísimos en el patio del hotel, todo un lujo, antes de irnos a la cama, que a otro día toca la segunda mitad del viaje.


DÍA 2

Nos ponemos de nuevo en marcha para finalizar la segunda parte del viaje y poder llegar por fin a Asturias, cosa que conseguimos sobre las 15 horas de la tarde, sin mayor complicación, gracias, como no, a nuestro nuevo amigo Mickey Mouse .


Nos alojamos en los apartamentos Almarinae, a unos 30 km de Gijón, y a unos 13 de Villaviciosa, un muy buen sitio desde donde recorrer la zona, unos apartamentos preciosos, muy bien cuidados y muy limpios y tranquilos, donde el dueño, Javier, ha hecho un fabuloso trabajo, merece la pena.
Decidimos salir hacia Villaviciosa para dar una vuelta y hacer unas compras, y ya aprovechamos para dar un paseo por la ciudad, capital de la Sidra, y por su ría.


Aprovechamos y le dimos de merendar a la peque con unas vistas de la ría geniales, y después nos dirigimos de vuelta al apartemento pasando por el bonito pueblo pesquero de Tazones.


Dimos una vuelta por el mismo, disfrutando del paisaje del Cantábrico y de la brisa del mar, aunque no tardamos mucho la verdad, es pequeño aunque muy bonito.


Y así terminamos el día, ya que estábamos cansados por el viaje y nos fuimos a cenar al apartamento y a preparar la ruta del día siguiente.

DÍA 3

Hoy decidimos partir hacia la costa Oriental a visitar Ribadesella, Llanes y Cangas de Onís. El día amaneció nublado y todo hacía presagiar que podría llover, por lo que no nos fuimos preparados para la playa.


Cuando llegamos a Ribadesella, cruzamos el puente y aparcamos en la zona del puerto deportivo y dimos un garbeo por el paseo marítimo, disfrutando del solecito que ya calentaba y de las bonitas vistas, siguiendo una ruta marcada que hacía un recorrido por la zona de las casas de primeros del siglo XX, muy bonitas, de gente de pasta.
Volvimos a cruzar el puente, hacia la zona del casco viejo, y entramos a la oficina de turismo, para recoger un plano de la ciudad y que nos aconsejaran qué hacer, recomendándonos que hiciéramos una ruta por el interior del casco viejo y que va subiendo por unas rampas, a veces bastante inclinadas, sobre todo si vas empujando un carrito hasta la ermita de la Guía, con unas vistas espectaculares de la desembocadura del rio Sella.
Se nos hizo la hora de que Lucía comiera, y nos paramos en el centro de la ciudad y ya de paso que le dábamos de comer, pues nos tomamos unas cervecitas, para reponer líquidos jejeje, y proseguimos camino de Llanes, con la intención de comer una vez llegáramos.
Llegamos a Llanes y aparcamos muy cerca de la playa de San Antonio, y nos vamos al centro a comer.
Al final comimos en el Restaurante Colon, un menu por 12€, con 12 primeros y 10 segundos a elegir, no estaba mal, pero haciendo esquina, en una calle estrechita nos dimos cuenta de que había tres o cuatro con una pinta buenísima, y la gente haciendo cola para comer, para la próxima será.
En Llanes lo mas representativo son Los Cubos de la Memoria, de Agustín Ibarrola,  la zona amurallada, el puerto y las Casonas de Indianos, casas que hicieron los emigrantes asturianos que volvieron de América con dinerito fresco.
Por último y para terminar el día nos fuimos a Cangas de Onís, unos 15 km antes de llegar a Covadonga, y pasamos el resto de tarde por allí, echándonos fotos en el representativo puente romano del que pende la famosa Cruz de la Victoria de la bandera asturiana, y compramos unas camisetas para regalar a los sobrinos.



Volvimos al apartamento para cenar y preparar el día siguiente.


DÍA 4

Hoy hemos planeado dirigirnos a la costa Occidental de Asturias, mas concretamente a Luarca y Cudillero, que son los puntos más alejados de nuestro apartamento, pero que con las autovías no se tarda demasiado en llegar.
El día ha amanecido soleado y parece que va a hacer calor, pero decidimos no ir pertrechados con aperos playeros. En primer lugar iremos a Luarca, que es la mas alejada.
En Luarca es bastante dificil aparcar en lo que es la ciudad, pero hay un aparcamiento municipal a las afueras, gratuito, en el que no hay problema y no esta muy alejado de lo que es el centro, es la mejor opción. No hay problema en encontrarlo, ya que esta muy bien indicado.

Entramos a la oficina de turismo a recoger un plano de la ciudad y que nos explicaran lo mas interesante y comenzamos la visita por la zona del puerto, la lonja y posterormente al aula del mar, un museo dedicado a la tradición marinera de Luarca desde la caza de ballenas hasta la aparición en las costas de calamares gigantes.

 La visita cuesta 4€ por persona, muy recomendable e impresionante ver calamares de hasta 140 kg de peso y con tentaculos de 16m de longitud.


Luarca es la ciudad mas bonita que hemos visto hasta ahora, con un puerto pesquero precioso, e incluso llegamos justo a la hora en que desembarcaban el pescado de un barco en la lonja, mas concretamente cabrachos, de los que dariamos buena cuenta despues, jejeje.
Se nos hizo la hora de comer y decidimos darnos un homenaje y comimos en un restaurante que esta encima del aula del mar,  con una terraza chulisima para tomar un cafe o por la noche tomar unas copas, con el mar de fondo, el restaurante Miramar.


Allí nos comimos el menu Dúo por 50€ mas bebida, con arroz de bogavante incluido y por supuesto el pastel de cabracho, de los que antes habíamos visto en cajas, que pena jeje, inmejorable.
Despues de comer nos fuimos dando un paseo hasta el coche y partimos en dirección a nuestra nueva visita, Cudillero, a unos 30 minutos de Luarca.
En Cudillero hay que aparcar nuevamente en un parking disuasorio en el puerto pesquero, ya que hay circulación de vehículos restringida a la gente del pueblo, pero queda a un paseito corto.



El pueblo se llama así, ya que tiene forma de codo entre dos montañas, y sus casas son de colores y estan todas en pendiente hacia la costa, es muy bonito, y la plaza principal esta llena de restaurantes.


Alli nos tomamos un gin tonic, por eso de rebajar la comida y tal, y seguimos paseando hasta que se nos hizo la hora de volver al apartamento y dejar las cosas medio preparadas para el siguiente día que partíamos hacia Pola de Somiedo.

DÍA 5

 
Hoy amanece, tal y como habían previsto los entendidos del tiempo, un día magnifico, soleado y con calorcito, así que decidimos hacer las maletas y dejarlas en la recepción , a Javier, para que nos las guardara, y nos fuimos a la playita, a la de Rodiles, al final de la ría de Villaviciosa, está perfectamente indicada desde la autovía del Cantabrico.
La playa es inmensa, muy larga y con muchísimo fondo, ya que la marea estaba baja, nada que ver con las del mediterraneo. Lucía se lo pasó en grande jugando en la arena, aunque no la bañamos por el tema del engorro de luego asearla, quitarle la arena, etc, etc, pero yo si que me bañé. El agua estaba mas bien fresquita, y había un poquito de oleaje, lo suficiente como para poder disfrutar dando saltos y revolcarte con las olas.
La playa de Rodiles tiene bandera azul, y servicio de socorristas, duchas, aseos, y una zona de arbolado con mesas y bancos de madera para poder hacer picnic y pasar el día, aunque hay que ir temprano para poder coger sitio, ya que es muy popular.
Le dimos de comer a Lucía en uno de los chiringuitos, mientras disfrutamos de unas cervecitas bien frias, y poco después nos marchamos a por las maletas.
Le preguntamos a Javier por un sitio para comer y nos recomendó allí mismo, en la Venta de las Ranas, el Restaurante Los Pisones, y comimos de maravilla.
Partimos hacia Pola de Somiedo, que esta a una hora y media de distancia, mas o menos, desde allí, todo autovía, menos el tramo de montaña, que hay muchas, muchas curvas, y estrechas.
Llegamos a los apartamentos Auriz y localizamos al dueño, Publio, que estaba comiendo a la orilla del río y nos enseñó el apartamento, muy bonito y muy limpio. Dejamos las cosas y nos fuimos a dar una vuelta por Pola de Somiedo y al supermercado a comprar comida para los dias que estaremos alli.
Esa tarde la pasamos por allí por los alrededores bastante tranquilos ya que estabamos cansados de todo el día.